viernes, 5 de septiembre de 2008

Memoria histórica

Recuerdo tantas y tantas veces las historias de mi abuelo… En ocasiones me veo obligada a preguntar a mi madre el desenlace de alguna de ellas o por algún nombre o algún detalle importante. Algunas se me han ido olvidando por mi corta edad cuando me las relataba mi abuelo, y por lo mal que yo las entendía. Todas esas historias tenían algo en común: dolor y rabia. Lo que sí recuerdo perfectamente era su voz empañada por la derrota, sus ojos perdidos qué sé yo dónde y las arrugas de su frente más marcadas de lo habitual. Le hacía daño recordar, pero él veía necesario que esas historias pasaran a las generaciones más jóvenes para que éstas nunca se olvidaran del horror vivido en España hace décadas.

Estos días, en los medios de comunicación se habla de nuevo de la memoria histórica. Que si es o no es competencia del juez Baltasar Garzón, que si a tal político le parece bien y al otro le parece reabrir las heridas. Yo escucho atenta todas estas noticias, me alegro de que al fin “Los Bañezanos” de Izagre puedan entregarse a sus familias, y puedan descansar en un lugar digno. No entiendo cuando algunos dicen que eso es reabrir viejas heridas cuando en realidad no es otra cosa que cerrar las que están abiertas, devolviendo los cuerpos de las fosas comunes a sus familiares. Lejos está ya aquel país de las dos Españas, aquella represión y aquella ausencia de libertad, pero algunos políticos parece que están empeñados en ser ellos quienes hereden las maneras de hacer de entonces, negándose ahora a tener memoria histórica.

Ayer por la tarde, vi en la estantería el gran libro de Ramón J. Sender, “Réquiem por un campesino español”, y lo leí de nuevo. No era la primera vez que lo leía, contemplé de nuevo atónita el horror de la guerra, el sufrimiento del país. La historia de “Paco el del Molino” es la misma que la de “Los Bañezanos”, que la del soldado anónimo que apareció en Cartamoza en Villademor, que la de tantos y tantos que se llevó por delante la guerra y la represión de la dictadura. Algunos políticos parece que no saben cuál fue la historia, se les ha olvidado, o quizá, no quieran recordar…


1 comentario:

Unknown dijo...

Hola, Tere:

Interesante comentario, como todos los de este blog. Anuncio aquí a quienes te leen, pero que también me leen, que volveré con el mío en octubre con el propósito de actualizar de lunes a jueves.

De adelanto dejo los versos de la "Tercera residencia" escritos en plena guerra de la entrada 'Neruda también escribió pensando en Izagre'.


Tierras ofendidas


Furor, vuelo de luto

y muerte y cólera,

hasta que las lágrimas y el duelo reunidos,

hasta que las palabras y el desmayo y la ira

no son sino un montón de huesos en un camino

y una piedra enterrada por el polvo.


Es tanto, tanta

tumba, tanto martirio, tanto

galope de bestias en la estrella!

Nada, ni la victoria

borrará el agujero terrible de la sangre:

nada, ni el mar, ni el paso

de arena y tiempo, ni el geranio ardiendo

sobre la sepultura.