22 de septiembre de 2008. 19:15. Aeropuerto Leonardo da Vinci. Roma. Al fin tocamos suelo italiano después de un día intenso de viaje. Los nervios a flor de piel. Nadie nos había dicho que aquello iba a ser fácil, y en efecto, no lo estaba resultando. En ese momento no iba a ser un día de esos para guardar en mi anaquel de la memoria, pero hoy las cosas se ven desde otra perspectiva y se echan a risa. Anécdotas. Innumerables anécdotas. A cada cual más ridícula y divertida.
A pesar de que mi llegada a Roma parece que fue ayer, la verdad es que ya hace más de un mes que estoy aquí y mi vida de estudiante Erasmus ya ha tomado forma. Llegar hasta aquí ha costado lo suyo, pero ahora es cuando soy consciente de que no me arrepiento ni un poco de haber aceptado aquella oferta que no podía rechazar de la cual hablaba en la última entrada de mi anaquel. La vida de estudiante Erasmus está siendo completamente diferente de la de universitaria en Salamanca. Roma: la ciudad eterna. Eso de ciudad eterna se entiende a la perfección en cuanto conoces un poco la ciudad más afondo. Cada día descubres algo nuevo que tiene aún más magia que lo que has visto días anteriores… La Historia se pasea por todas las calles de Roma con una altivez que apabulla y que apenas te deja decidir para donde mirar.
Además de descubrir rincones maravillosos me ha dado también tiempo de ir a un concierto de The Cure para la MTV, de ver un partido del “calzio” italiano (Roma-Inter) y lo más importante de todo: he conocido un montón de gente que me está aportando muchísimas cosas positivas y que sin duda van a ser lo mejor que me pueda llevar de aquí. Pero antes de tener que llevarme nada me queda aún mucho tiempo y muchas cosas de las que disfrutar. La última experiencia ha sido asistir a una manifestación el día 30 de octubre. Las calles de Roma se llenaron de gente para mostrar su descontento con una ley que el gobierno de Berlusconi quiere poner en marcha y que afecta directamente al sistema educativo. Entre otras cosas que propone dicha ley, está la de reducir los presupuestos a la universidad pública. Para la ocasión se unieron jóvenes y mayores que abarrotaron una piazza del Popolo más inmensa que nunca. Los profesores y estudiantes universitarios están moviéndose mucho para conseguir lo que quieren: organizan asambleas, ocupan aulas e incluso facultades, se manifiestan... Asi que esperemos que antes de irme a España pueda ver cómo mejora la situación de una juventud unida por conseguir una educación digna para su futuro.
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